Eran
las 3 de la madrugada y Alberto despertó por los golpes insistentes
en su puerta, sigiloso fue a ver quién era. A través de la mirilla
pudo apreciar la figura de una persona encapuchada...
- Quién es?
- Soy Gris, vengo a recoger tu rendición de cuentas!
- No entiendo qué quiere decir...
Y
en ese momento, Gris apareció delante de Alberto y le dio la orden
para que se siente y escuche en silencio.
- Alberto, a ti que te gusta jugar y reírte de los sentimientos de los demás para sacar provecho, toca ahora que sientas la sensación del daño que has provocado, pero esta vez no será a través de las redes sociales, esta vez será real.
- Recuerdas a Mariela, a quien enamoraste, te casaste, le diste años de mentiras y la estafaste en cuerpo y alma, regalándole la peor pesadilla económica y emocional que jamás ella había experimentado?
Un
forcejeo veloz y en pocos segundos, Alberto se vio tendido con las
manos y los pies anclados en el suelo.
El
silencio fue roto con una agradable melodía y él se sintió tan
relajado, nunca había sentido tanta paz y armonía, a la vez sentía
una caricia angelical, una caricia llena de ternura.
- Esta sensación que sientes, es la que da el amor. Sensación que jamás podrás sentir nuevamente, porque tu ambición y tu locura de seductor, te llevó a ser un timador sentimental y no diste cabida al amor en tu corazón y ahora tu tiempo se acabó!
De
pronto surgió un silencio helado, oscuridad profunda y Alberto
petrificado empezó a escuchar sollozos y lamentos, sintió caer
gotas indescriptibles sobre su cuerpo, gotas que cada vez eran más
frías y más punzantes.
- Alberto, cada gota que cae sobre ti, es una lágrima de mujer y sentirás que cada vez serán más frías y las últimas atravesarán tu piel como puñales.
- Gris, por favor sácame de este martirio, ahora quiero creer en el amor...
- Ahora es tarde, tus sentidos probarán el sufrimiento que provocaste cuando fingiste querer y solo eras un personaje detestable. Siente la soledad de tus acciones y enfrenta el peso de la justicia, recordando a cada una de las mujeres que hiciste añicos cuando estuvieron a tu lado.
- Perdón Gris, perdón por todo eso! No sabía lo que hacía, estaba equivocado!
- Hombre, al engañarla te engañabas a ti mismo y ahora que ella vuela libre, con un amor de verdad, tú... Tú te quedas sólo y abandonado frente a la pantalla rota de tu ordenador!
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