martes, 17 de septiembre de 2019

El caso de Rubén


Fabiola es una mujer ejecutiva, con esfuerzo y sobre todo enfrentándose  a la competencia masculina, logró una posición inmejorable dentro la empresa donde ella trabajaba.

El nuevo cargo era de dirección, correspondía al área de administración de personal, allí trabajó  con mucha dedicación y siempre preocupada por el bienestar de los recursos humanos.

Ella poseía un sexto sentido, tenía  una alarma que sonaba en su corazón ante cualquier actitud de los funcionarios. En esta oportunidad les contaré el caso de uno de ellos.


Rubén era un empleado antiguo, responsable, puntual y discreto, estaba casado hacia 18 años y tenía dos hijos, el mayor de 14 y el menor de 9 años. Su esposa, siempre enamorada, no tenía ninguna queja de él.

Fabiola noto que desde hace tres días atrás,  Rubén no estaba concentrado en su trabajo y la alarma sonó. Discretamente dijo:

- Rubén, necesito que vayas a mi despacho.

- Bien Fabiola, en cuanto termine este informe bajo.

Pasó una media hora y Rubén se presentó en el despacho de Fabiola.

- Aquí estoy, para que soy bueno.

- Muy bien Rubén, siéntate, deseas un café?

- Sí, me hace falta para acompañar este cigarrito.

La secretaria de Fabiola ordenó traer el café.

- Rubén, ya me conoces y siempre voy al punto sin rodeos.

- Eso es lo que me gusta de las personas, que sean como tú, directo al grano.

- Pues bien, hace un tiempo, he notado un cambio de actitud, te veo  distraído, más bien preocupado, nervioso y que fumas con más frecuencia, que es lo que te pasa?

- No me pasa nada, estoy bien, solo son algunos problemillas, pero ya pasarán.

- Rubén, mírame a los ojos y dime lo que realmente te pasa, yo te ayudaré a soltar lo que te esta oprimiendo. Sé que desde hace  un buen tiempo tienes un affaire  con la secretaria de tu sección, es eso lo que te preocupa? Aunque  lo llevas discretamente, pero ya ves, ya me enteré.

- Bueno, para que voy a negar las cosas, necesito hablar y que mejor hacerlo contigo Fabiola, estoy desesperado, me veo sin salida no se qué hacer. Es muy delicado y ojalá tú puedas ayudarme.

-  Confía en mi Rubén, yo trataré de ayudarte en lo que esté a mi alcance, pero por lo menos te oiré, así te desahogas y te liberas un poco.

-  Es verdad, estoy con Rocío,  la amo, pero… bueno esto es lo que pasa, Rocío me pidió tener un hijo nuestro, yo no estaba tan decidió hasta que me convenció, lo intentamos por mas medio año, pero ella no quedaba embarazada, decidimos en que ella se haría las revisiones necesarias,  porque por parte mía no había problema tengo dos hijos. Entonces Rocío se hizo varias pruebas pero todas indicaban que esta apta para ser madre, entonces el médico recomendó que fuera yo para hacerme un examen. Acepté y me realizaron todos los análisis correspondientes.

Se hizo una pausa y un profundo silencio fue cortado por unos sollozos, Rubén estaba llorando.

- Calma amigo, que paso con tus análisis?

- El resultado decía que yo era estéril. Pero como podía ser eso si tengo dos hijos, fuimos donde otro especialista y el resultado fue el mismo, eso me lo dijeron antes de ayer. Ayer hable con mi mujer, le pregunté  sobre mis hijos, le dije no son míos, ella dijo que estoy loco y le tire los resultados a la cara, ella los leyó, se quedó paralizada y luego rompió a llorar y me dijo que lo había hecho porque me ama, porque ella quería tener una familia y un hogar feliz, dijo que como los tres primeros años no quedaba en estado ella sospechó que yo era estéril y decidió estar con otra persona para embarazarse, el “donante” como dijo ella, es el padrino de bautizo de los dos niños y que está casado y tiene otros hijos. 
Salí de casa y fui con Rocío y ella me clavó la última puñalada, dijo que ya no me quería, que no me necesitaba más, porque yo no podría darle lo que ella tanto quiere, un hijo y me echo de casa y de su vida. Fabiola estoy desesperado, que hago, quisiera darme un tiro…

Fabiola se acercó a Rubén y le agarró la mano, diciéndole:

- Rubén, tu amas a tus hijos?

- Sí, con toda mi alma.

- Y a tu esposa?

- Es una buena mujer, pero no sé si podre perdonarle lo que ha hecho, todavía no puedo asimilarlo.

- Yo creo que deberían darse una oportunidad, sobre todo por tus hijos que te aman y realmente ser la familia feliz que tu esposa quería, ella misma te lo dijo, fue para hacerte feliz.

- Gracias Fabiola por escucharme, pensaré bien como resolver este embrollo, nunca pensé que por la mujer que tanto amé iba a enterarme de esto y encima que ella ahora me rechace después de todo lo que hice por ella. Fueron cinco maravillosos años, ni en mis peores pesadillas imagine esta angustia.

Al paso del tiempo, Rubén volvió a su ritmo normal, nadie se enteró de su situación, Rocío renunció y se marcho del país, y cada domingo Fabiola se encuentra en el parque con Rubén y su familia juntos y felices.


Moraleja:

Si no eres fiel a tu esposa, ni que se te ocurra tener hijos extramatrimoniales.

© María Eugenia Rojas Alegría



1 comentario:

Unknown dijo...

Es buenisimo lo que acabas de subir,y la moraleja aún mas.Besos dulce amiga para ti y los que amas.