Fabiola es una mujer ejecutiva, con esfuerzo y sobre todo enfrentándose a la competencia masculina, logró una posición inmejorable dentro la empresa donde ella trabajaba.
El nuevo
cargo era de dirección, correspondía al área de administración de
personal, allí trabajó con mucha dedicación y siempre
preocupada por el bienestar de los recursos humanos.
Ella poseía
un sexto sentido, tenía una alarma que sonaba en su corazón
ante cualquier actitud de los funcionarios. En esta oportunidad les
contaré el caso de uno de ellos.
Rubén era
un empleado antiguo, responsable, puntual y discreto, estaba casado
hacia 18 años y tenía dos hijos, el mayor de 14 y el menor de 9
años. Su esposa, siempre enamorada, no tenía ninguna queja de él.
Fabiola
noto que desde hace tres días atrás, Rubén no estaba
concentrado en su trabajo y la alarma sonó. Discretamente dijo:
- Rubén,
necesito que vayas a mi despacho.
- Bien
Fabiola, en cuanto termine este informe bajo.
Pasó una
media hora y Rubén se presentó en el despacho de Fabiola.
- Aquí
estoy, para que soy bueno.
- Muy bien
Rubén, siéntate, deseas un café?
- Sí, me
hace falta para acompañar este cigarrito.
La
secretaria de Fabiola ordenó traer el café.
- Rubén,
ya me conoces y siempre voy al punto sin rodeos.
- Eso es lo
que me gusta de las personas, que sean como tú, directo al grano.
- Pues
bien, hace un tiempo, he notado un cambio de actitud, te veo
distraído, más bien preocupado, nervioso y que fumas con más
frecuencia, que es lo que te pasa?
- No me
pasa nada, estoy bien, solo son algunos problemillas, pero ya
pasarán.
- Rubén,
mírame a los ojos y dime lo que realmente te pasa, yo te ayudaré a
soltar lo que te esta oprimiendo. Sé que desde hace un buen
tiempo tienes un affaire con la secretaria de tu sección, es
eso lo que te preocupa? Aunque lo llevas discretamente, pero ya
ves, ya me enteré.
- Bueno,
para que voy a negar las cosas, necesito hablar y que mejor hacerlo
contigo Fabiola, estoy desesperado, me veo sin salida no se qué
hacer. Es muy delicado y ojalá tú puedas ayudarme.
- Confía
en mi Rubén, yo trataré de ayudarte en lo que esté a mi alcance,
pero por lo menos te oiré, así te desahogas y te liberas un poco.
- Es
verdad, estoy con Rocío, la amo, pero… bueno esto es lo que
pasa, Rocío me pidió tener un hijo nuestro, yo no estaba tan
decidió hasta que me convenció, lo intentamos por mas medio año,
pero ella no quedaba embarazada, decidimos en que ella se haría las
revisiones necesarias, porque por parte mía no había problema
tengo dos hijos. Entonces Rocío se hizo varias pruebas pero todas
indicaban que esta apta para ser madre, entonces el médico recomendó
que fuera yo para hacerme un examen. Acepté y me realizaron todos
los análisis correspondientes.
Se hizo una
pausa y un profundo silencio fue cortado por unos sollozos, Rubén
estaba llorando.
- Calma
amigo, que paso con tus análisis?
- El
resultado decía que yo era estéril. Pero como podía ser eso si
tengo dos hijos, fuimos donde otro especialista y el resultado fue el
mismo, eso me lo dijeron antes de ayer. Ayer hable con mi mujer, le
pregunté sobre mis hijos, le dije no son míos, ella dijo que
estoy loco y le tire los resultados a la cara, ella los leyó, se
quedó paralizada y luego rompió a llorar y me dijo que lo había
hecho porque me ama, porque ella quería tener una familia y un hogar
feliz, dijo que como los tres primeros años no quedaba en estado
ella sospechó que yo era estéril y decidió estar con otra persona
para embarazarse, el “donante” como dijo ella, es el padrino de
bautizo de los dos niños y que está casado y tiene otros hijos.
Salí de
casa y fui con Rocío y ella me clavó la última puñalada, dijo que
ya no me quería, que no me necesitaba más, porque yo no podría
darle lo que ella tanto quiere, un hijo y me echo de casa y de su
vida. Fabiola estoy desesperado, que hago, quisiera darme un
tiro…
Fabiola se
acercó a Rubén y le agarró la mano, diciéndole:
- Rubén,
tu amas a tus hijos?
- Sí, con
toda mi alma.
- Y a tu
esposa?
- Es una
buena mujer, pero no sé si podre perdonarle lo que ha hecho, todavía
no puedo asimilarlo.
- Yo creo
que deberían darse una oportunidad, sobre todo por tus hijos que te
aman y realmente ser la familia feliz que tu esposa quería, ella
misma te lo dijo, fue para hacerte feliz.
- Gracias
Fabiola por escucharme, pensaré bien como resolver este embrollo,
nunca pensé que por la mujer que tanto amé iba a enterarme de esto
y encima que ella ahora me rechace después de todo lo que hice por
ella. Fueron cinco maravillosos años, ni en mis peores pesadillas
imagine esta angustia.
Al paso del
tiempo, Rubén volvió a su ritmo normal, nadie se enteró de su
situación, Rocío renunció y se marcho del país, y cada
domingo Fabiola se encuentra en el parque con Rubén y su familia
juntos y felices.
Moraleja:
Si no eres
fiel a tu esposa, ni que se te ocurra tener hijos extramatrimoniales.
©
María Eugenia Rojas Alegría
1 comentario:
Es buenisimo lo que acabas de subir,y la moraleja aún mas.Besos dulce amiga para ti y los que amas.
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