Gracias Divino Dios, por un año más de vida, por la experiencia adquirida y por
la dicha de ser madre y abuela.
Gracias
por el amor de mi familia, el amor que me dieron mis padres, el amor
de mis hijos y el amor de mis nietos, gracias por todos los sueños
cumplidos.
Mi
pelo ya pinta hilos plateados y algunas arrugas que en mi rostro se
han marcado, fruto de las huellas del pasado que por mi vida han
transcurrido con agrado.
Hoy
sigo recorriendo mi rumbo, agradeciendo a la vida por todo lo que me
ha dado.
Gracias
a mi princesa Andreita, que con su amor, preocupación y cariño hace
que me sienta amada y gracias a su compañero de vida Jose, que con
su buen sentido del humor, siempre me saca una sonrisa y muchas
carcajadas.
Gracias
por aprender a querer, gracias por aprender a amar, gracias por
aprender a perdonar y olvidar.
Gracias
por todos los momentos llenos de sentimientos, sueños, anhelos,
risas y lágrimas.
Gracias
por el tiempo, por volver a darme la vida, por escuchar mis problemas
y ayudarme a buscar soluciones.
Gracias
por enseñarme a sonreír y mostrar mi afecto.
Gracias por conocer a personas maravillosas que me brindan su amistad, en las que puedo confiar y pedir consejo.
Gracias, por encontrar en mi camino al amor, dulce y sincero que hoy me acaricia el alma y a diario me entrega su corazón.
Gracias!
©
Maria Eugenia Rojas Alegría
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