Alfonso era un niño muy
bueno, generoso y simpático, creció con todas las comodidades que
se le podía brindar.
Sus padres eran muy
trabajadores y por tal razón no podían estar mucho tiempo con él y
como recompensa a esa situación, le daban gusto en todo.
A medida que crecía,
Alfonso, se preguntaba si era un buen hijo, porque sus padres nunca
se lo dijeron.
Entonces, para saberlo
decidió cambiar su actitud y se volvió malo, rebelde, agresivo y
desobediente.
Alfonso esperaba que sus
padres hablasen con el acerca de su cambio, pero no sucedió así;
los padres en vez de hablar con el empezaron a hacerle más regalos,
ellos no tenían tiempo, culpaban esta situación a su adolescencia.
Esta situación enfermó
a Alfonso y lo postró en cama con una profunda depresión.
- Alfonso, porqué estas así? Que te pasa? Si lo tienes todo!
Alfonso contestó:
- No Hada linda, no tengo lo que yo quiero.
- Pero que es lo que te falta?
- Lo que me falta es algo tan simple, sencillo y fácil de dar. Lo que me falta es la palabra de mis padres, lo único que quiero saber es si soy buen hijo, si algún momento se sienten orgullosos de mi y lo mas importante quiero que me digan lo mucho que me quieren.
- Pero Alfonso, eso lo deberías saber tú, por eso te dan todo.
- Pera Hada, ni siquiera se dieron cuenta que cambie mi actitud, ellos no se dan cuenta si soy bueno o malo, si soy dócil o agresivo, si soy obediente o desobediente, nada, mas por el contrario me compraron mas cosas.
- Alfonso, mi querido niño, duerme tranquilo y ponte bueno.
Entonces Alfonso se quedo
dormido.
Cuando los padres
consiguieron dormir, muy tarde claro, porque no se perdían ningún
programa de la tele, el Hada se apareció en sus sueños y les dijo:
- Hay veces que vale una sola palabra llena de amor que todos los regalos que le hacéis a Alfonso, él necesita saber si es un buen hijo, el quiere saber si le amáis, no necesita nada más. El está enfermo por falta de amor y por exceso de cosas materiales, antes de terminar el día y todos los días, díganle lo orgullosos que estáis de él y lo mucho que le amáis.
Y como si un despertador
sonara, los padres de Alfonso despertaron angustiados, se contaron el
sueño y como si tuvieran resortes saltaron de la cama y fueron al
dormitorio de Alfonso, le llenaron de besos diciéndole lo orgullosos
que estaban de él y lo mucho que le querían. Los tres lloraban de
felicidad y les invadió un sentimiento de paz y amor que jamás
habían sentido.
El Hada de Alfonso muy
feliz se convirtió en un Ángel, claro era su Ángel de la guarda,
que siempre estará con él protegiéndolo.
A partir de ese día la
familia organizó mejor su tiempo y nunca dejaron de decir lo mucho
que se amaban y su felicidad fue colmada con la llegada de una
hermosa niña.
Moraleja:
Nunca pierdas la
oportunidad de decir “Te quiero” y lo importantes que son para ti
tus seres amados, no dejes que sea demasiado tarde.
5 comentarios:
Bellísimo querida mía.
Muy buena moraleja. Enhorabuena
un abrazo
fus
No me pierdo se bella oportunidad.
Te quiero
Con ternura
Sor.Cecilia
Bienvenido:
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Un Blog con alma!
Tan poco como cuesta decir
sencillamente lo que sale del corazón
y olvidamos la importancia
de ese regalo y la tristeza
del quien le falta.
Muy bonito cuento y moraleja,
un saludo
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