María estaba recostada en la cama de la clínica, donde le realizaron una delicada operación traumatológica y se estaba recuperando.
Era una mañana muy soleada, a través del cristal, ella veía un cielo muy azul sin nubes, algunas palomas revoloteando en la ventana, tenía una pequeña radio en la que escuchaba un programa de miscelánea y música.
“Señor, por favor permite que me despida de mi familia, de mi mamá y de mis hijos, nada más y luego me llevas...”
Instintivamente y don dificultad trató de coger el timbre para llamar a la enfermera, para pedirle que le pase el teléfono.
Logró tocar el timbre y en ese mismo instante sintió que esos brazos que la cogían fuertemente la soltaron y sintió que entraba en su cuerpo, fue una sensación única, fue como si ella se deslizara en una funda, todo eso sucedió en un absoluto silencio, pero cuando entró en su cuerpo volvió a escuchar la música que emitía en ese momento la radio.
Cuando entró la enfermera, vio a Maria muy pálida y le preguntó que le pasaba, ella le contó lo ocurrido… La enfermera le tomó las manos y la dos empezaron a rezar.
Continuará…
© María Eugenia Rojas Alegria
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