Estos
eran unos hombres acostumbrados a decir promesas, pero luego las
cumplían?
- Promesa: “Mañana iré sin falta”
Estos
hombres del cuento, la mayoría, ejercen una profesión técnica,
algunos son electricistas, otros fontaneros, otros albañiles.
Y
casi siempre uno tiene que llamarles muchas veces por teléfono para
que acudan a realizar un trabajo o reparar algún daño.
- Promesa: “No se lo diré a nadie”
En
esta parte del cuento, nos encontramos con hombres y mujeres “amigos”
nuestros, que cuando les contamos un secreto, nos prometen
guardarlo, pero ni bien te has ido, prácticamente todo el mundo se
entera de tu valiosos secreto.
- Promesa: “No te dolerá”
Aquí
intervienen algunos médicos, dentistas o enfermeras que cuando vas a
tener alguna cirugía o van a pincharte, utilizan esta promesa para
relajar al paciente, aunque luego sí sentimos dolor. Creo que sería
mejor que te dijeran que va a dolor muy poco.
- Promesa: “Te pagaré mañana sin falta”
Aquí
aparecen las personas a las que prestas dinero y cada vez que te las
encuentras, siempre te dicen que te pagarán mañana, que esperes su
llamada, pero es sabido que tendrás que ser tú el que llames e
insistas, para recuperar lo que has prestado.
- Promesa: “Siempre te amaré”
Para
concluir el cuento, por lo general, siempre decimos esta frase a
nuestra persona amada, claro cuando hay amor, pero y cuando se
termina el amor?
MORALEJA:
No
debemos prometer cosas que no vamos a cumplir, antes de hacer
promesas tenemos que ser sinceros con nosotros mismos, porque será
nuestra conciencia la que juzgue nuestros actos.
Vivir
sin promesas es vivir mejor.
©
María Eugenia Rojas Alegría
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