sábado, 24 de agosto de 2019

Aventuras de Gabriel


Hola, soy  Gabriel y aunque soy muy pequeño, tengo muchas aventuras que contarles.

Hoy  voy a relatar  mi encuentro con el pío grande (pájaro grande).

Hace poco mi mamita me llevo a un lugar donde habían muchos  píos grandes, estaban con las alas desplegadas y brillaban con el sol, me dio mucho miedo porque eran gigantes, pero mamá me tranquilizó y me dijo que los píos se llaman aviones.

Iba sentadito en mi cochecito, abrazaba muy fuerte a Bugus  mi oso favorito.


Luego mamita dijo que nos despidiéramos de papá porque íbamos a entrar en el avión, yo pensé que ese pájaro nos iba a comer, pero,  mientras estoy con mamita me siento seguro.


Cuando entramos a la panza del pío vi muchos asientos y mucha gente y nos sentamos cerca de una ventana pequeña.

Como todo eso era nuevo para mí, pedí bibi (mi biberón) para estar más tranquilo, entonces sentí que el pío corría muy rápido y escuché un fuerte ruido, mamá me dijo que ese ruido eran los motores del avión, dijo que íbamos a despegar, yo no sabía qué era eso y mire por la pequeña ventanilla y me di cuenta que el suelo se alejaba muy rápido, ahh despegar significaba volar, que lindo!

Más tarde, después de un buen descanso desperté y seguíamos dentro del pío, entonces vi por la ventanita que íbamos sobre algo azul, miré a mamá y ella me dijo que era el mar, que todo eso era agua, Oh!  Era mucha más agua de la que cabe en mi bañera.

Después de volar mucho, vi por la ventanita, que el suelo se acercaba, mamá dijo que habíamos llegado y nos alistamos para bajar.

Mamita, me montó  en mi cochecito y cogió nuestro equipaje, al salir por una gran puerta vi a dos personas correr hacia mí, venían felices, ellos me cogieron en brazos y me decían que me querían mucho y apretujándome me daban besos, decían: Que bebe más bonito!




Mamá me dijo que eran mis abuelitos, ahh! Con razón me apretujaban tanto, y que bueno que vinieron a buscarnos, porque ahora me encontraré con Croky, Didi, Beto y Momo y junto a Bugus jugaremos hasta cansarnos.





Dedicado a mi nieto Gabriel, que ahora ya tiene 10 años.

© Maria Eugenia Rojas Alegria

AVENTURAS DE GABRIEL
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