En un pequeño pueblo castellano, vive un niño alegre y feliz, que cuando estamos en diciembre, sus ojos brillan más que los luceros porque sabe que ya llega la Navidad.
Su abuela le había enseñado, que cada persona lleva un saco dentro, para que en Navidad, cada uno pueda pedir lo que más falta le hiciera y llenar su saco con todo lo que pueda llevar.
El niño se puso a pensar en qué iba a pedir para cargar su saco y preguntó a su abuela si el saco resistiría su pedido sin romperse, la abuela contestó: Lo que se pide siempre debe ser bueno y bonito, así el saco nunca se romperá.
El niño después de pensar unos minutos, dijo: Abuela ya lo tengo!! Pediré salud, felicidad, abundancia y paz para la familia y mis amigos, eso es muy grande y no pesa nada.
La abuela sorprendida, dice al niño: Cariño, cómo lo has sabido!! Ese saco que te dije que todos tenemos, se llama corazón y en el corazón solo podemos albergar buenos sentimientos para que nunca se rompa.
Ese es el espíritu de la Navidad!!
© Maria Eugenia Rojas Alegría
Primer premio IV Concurso de Relatos de Cuentos 2018 - Ayuntamiento de Frómista (España)
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